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21.2.07

Libertad o determinismo

Nada de certeza tenemos en la existencia humana. Nuestras experiencias nos hacen pensar que disponemos de libre albedrío pero ¿está justificado cree que somos realmente libres? ¿Yo soy yo y mis circunstacias o sólo la consecuencia de mis circunstancias? ¿Juega Dios a los dados? Si no fueramos libres, ¿tendría sentido nuestra vida? ¿podríamos seguir considerándonoes inteligentes?

Voluntad y sensación de libertad.

Llega un momento en la vida en que te das cuenta de que eres capaz de contradecir lo que te ordena mamá. Es un momento muy temprano. Poco a poco, normalmente, terminamos pensando que somos personas libres, con capacidad de elección. La "sensación de libertad" es única y solemos buscarla con determinada frecuencia. Queremos ser libres porque de esa manera nuestras elecciones van conformando un sentido propio a la existencia, nos vamos modificando a nosotros mismos en base a nuestra elección.
Pero, ¿y si sólo es una sensación? ¿Y si, en realidad, no tuviéramos capacidad de elección real?
Creo que hay una cuestión psicológica previa que nos inclina a creer en nuestra propia libertad. Se trata de la experiencia cotidiana de nuestra voluntad. Me recuerdo a mí mismo un día lluvioso esperando a la salida del instituto a que llegaran mis padres interrogándome a cerca del sistema nervioso. Movía mis dedos y trataba de convencerme de que lo hacía "porque yo quiero". "Míra, ves, ahora muevo este dedo porque me da la gana, ahora este otro...". ¿Puedes intentarlo tú? Elige un dedo que quieras mover y muévelo. También se puede mover directamente, " sin pensarlo", sólo enviando la orden a través del sistema nervioso periférico. A esto podemos llamarlo voluntad.
Ahora bien, si me has hecho caso y te has puesto a mover los dedos delante de tu ordenador (¿estará mirando alguién? :D) uno podría fácilmente argumentar: "Estás moviendo los dedos de esa manera simplemente porque has leído la entrada del blog, en caso contrario nunca se te habría ocurrido hacerlo". Probablemente sería cierto y tal vez aquel adolescente movía sus dedos simplemente porque había estado estudiando en clase el sistema nervioso periférico. Entonces... ¿voluntad sí pero libertad no?

El Principio de causalidad.

Antes de continuar quisiera dedicar un momento a uno de los principios tautológicos que asumimos porque no nos queda más remedio. Es el principio de causalidad que argumenta que:
"Toda causa es anterior a su efecto".
Como véis se trata de uno de los pilares del entendimiento humano, muy relacionado con el concepto de tiempo (y la percepción que tenemos del mismo). Nuestro pensamiento racinal nos dice que la explicación a un fenómeno se debe a la relación causa-efecto, siendo las causas las que justifican los efectos. Parece de perogrullo, pero no lo es.
Todas las funciones temporales, entre las que destacan las que corresponden a las leyes físicas, funcionan -en teoría- exactamente igual de bien si se considera el efecto anterior a la causa, es decir, si se invierte la direccionalidad del tiempo. Y ¿quién nos dice que nuestra percepción del tiempo no nos engaña? Hay una novela de ciencia ficción que se basa en esta idea y que propone un mundo donde, por ejemplo, las personas son cada vez más jóvenes y terminan sus días volviendo al seno materno para dividirse en dos... ((perdonamos al autor de la novela, la idea se entiende))

Futuribles.

El siguiente paso, tras asumir el principio de causalidad, es el considerar las posibilidades teóricas de un suceso. ¿Qué efectos posibles tiene cada causa?
Perdonad que el ejemplo sea tan tópico: en una tirada de dados (causa) qué resultados (efecto) son pòsibles.
En una situación real como una partida de parchís los resultados de una tirada podrían ser: 1, 2, 3, 4, 5, 6, tirada inválida (fuera de la mesa, que cae sobre una ficha...) o pérdida del dado. Cada uno de ellos con una o varias consecuencias.
Pero lo que está claso es que el dado está sometido a las leyes de la física que anulan toda una serie de posibilidades que quedan fuera incluso de las teóricas: el dado queda suspendido en el aire, el dado queda en equilibrio apoyado sobre un vértice, el dado queda de cara, el dado se desintegra, etc... Puede incluso que alguna de estas opciones fuera realmente posible, pero si se produjera sería considerado como un acontecimiento milagroso.
A mí me gusta referirme a esta limitación de las posibilidades como el futurible. Los distintos futuros que son realmente posibles, dadas las circunstancias. Por ejemplo, un futurible es que a consecuencia de la pérdida del dado que cae de la mesa mi hermano me acuse de no tomarme en serio el juego y deje de jugar. Lo más probable es que, pase lo que pase en las tiradas de dados, terminemos la partida, uno de nosotros gane y fin. Muchos de los futuribles convergen en causa común para el siguiente suceso. De esta manera se teje un árbol de futuribles donde las ramificaciones son los estados posibles de una cuestión.

La pregunta entonces podría ser: ¿determinan las causas con sus efectos que se produzca inequívocamente uno y sólo uno de los futuribles? Una respuesta afirmativa conduce al camino del determinismo.



Principios que conducen al determinismo.

Si dejamos al margen los prejuicios y tratamos de ser objetivos nos daremos cuenta de la fragilidad del concepto de libertad, pese al sentir propio y la percepción de voluntad.
De hecho, podemos resumir una serie de principios heredados del cientifismo y comúnmente aceptados que a todas luces deberían llevar al determinismo:

· Todo lo que existe es materia y energía que siguen el curso de un devenir temporal.
· La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. De la materia puede decirse lo mismo.
· La materia y la energía está universalmente sometida a las leyes físicas (que dan lugar a las leyes físico-químicas, las leyes biológicas, etc...).
· Las leyes físicas son inmutables.
· Cualquier fenómeno que no pueda ser explicado por dichas leyes -las excepciones- deben tener una explicación racional a la luz de nuevas leyes o nuevos datos de los que aún no disponemos pero que pueden y deben seguir investigándose.

De esta manera, si tomamos cualquier acontecimiento real y tratamos de formalizarlo sistemáticamente en base a estos principios nos encontraremos inevitablemente con la capacidad de predicción, ya que no existen grados de libertad.
Cierto que este tipo de determinismo explica la "aparente libertad", pero afirma que es mera apariencia. Ahí entran las teorías del caos o de la incertidumbre. En un momento dado, la capacidad de predicción de los acontecimientos futuros está limitada, pero simplemente por la falta de información ya que el "azar" está basado en la imposibilidad de precisar con exactitud matemática la situación actual.
Es largo de explicar - yo tuve el privilegio de estudiarlo en profundidad en aquella materia de "Física no lineal". Pero permitidme que ponga un ejemplo típico y utópico: el lanzamiento de dados.
Caso: si yo lanzo un dado, en el momento en que está en el aire ¿está determinado el resultado o depende de un componente de azar?
Análisis: si tratamos de simular un modelo realista del lanzamiento deberíamos saber con exactitud matemática (no hablo de dos decimales) el peso del dado, las componentes precisas de su movimiento, la geometría de la superficie a la que se dirige, la dinámica de fluídos del aire que atraviesa, etc., etc. pero si dispusiéramos de toda esa información sin duda podríamos predecir el resultado.
Conclusión: La tirada de dados, una vez que se produce, debe tener un sólo resultado posible (un futurible) aunque en la práctica no existan aún medios técnicos que nos permitan conocer cuál es.

Uno podría argumentar que, claro, una vez el dado ha sido arrojado no hay sujeto que pueda ejercer su libertad y todo es una cadena de sucesos, pero que previamente la mano que lo lanzó sí que actuó libremente. Pienso que no es difícil de entender que, sin ningún principio ni indicio que sirva de justificación, la mano se movió como resultado de otra serie anterior de sucesos enlazados por el principio de causalidad: sinápsis nerviosa, biomecánica de los huesos y músculos, intercambios de materia y energía en las células que intervienen, etc., etc., etc.
¿Cómo justificar la libertad del ser humano?

Principios cristianos de la libertad.

El cristianismo no sería absolutamente nada sin la idea del libre albedrío, de la libertad para el bien y para el mal.
¿Por qué puedo considerame libre desde la perspectiva crisitana de la existencia? Pues por una serie de principios diferentes:

· Además de la materia y la energía que podemos explicar mediante las leyes físicas ("todo lo visible") existen otras realidades trascendentes ("todo lo invisible") que pueden interaccionar con éstas de algún modo que, evidentemente, también desconocemos.
· La naturaleza humana no es sólo material - física, sino también espiritual. Dios no ha dotado de una parte de su divinidad por la que participamos de la libertad. A esa parte es a la que llamamos "alma" o "espíritu", litarmente, "lo infundido".
· Además, todo ello es como es con total intencionalidad, ya que toda la obra del Dios Creador está dirigida a esta participación del hombre.

¿Por qué nos atrevemos a confesar semejantes "disparates para la ciencia"? Pues por las evidencias no científicas, sino históricas que validan nuestra creencia.

Cada uno es libre de creer en una opción o en la otra, ¿o no?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

El cristianismo no sería absolutamente nada sin la idea del libre albedrío, de la libertad para el bien y para el mal.

Lo anterior se entiende y lo posterior es un corolario. Esta es la clave.

Ya son varias las veces que justificas diferentes aspectos de la fe con la máxima de "si no fuera así entonces no tendría sentido". Creo que es un paso más en la sinceridad con uno mismo para alcanzar la coherencia pero creo también que hay que indagar más en ello.

Estoy seguro de que ya lo has hecho y que la mayoría de las cosas que comentaré las tienes superadas luego probablemente mi intervención sólo podrá, como mucho, aportar algún matiz nuevo en el punto de vista.

Hace algunos años me planteé seriamente el asunto del determinismo procurando no anteponer mis necesidades emocionales y psicológicas a la búsqueda de respuestas. Cuanto más pensaba en ello más me daba cuenta de la alta probabilidad de que todo lo que conocemos tendiera a ese modelo y me comenzé a aterrar con las implicaciones. Incluso la dualidad cuántica, al intentar integrala, resultaba a mis ojos un efecto equivalente. Amargos días.

Entonces intenté llevar mi ignorancia más allá de lo que mi conocimiento me había permitido y traté de imaginar un modelo puramente teórico que concordara con la física conocida (por mí) y al mismo tiempo permitiese libertad en su sentido pleno.

Eureka. El simple hecho de concebirlo relajó toda la ansiedad previa pues la frontera del conocimiento se disipó con todos sus límites sin llegar a ser infiel con la realidad compartida. Mucho había de infología en ella pero esa es otra historia.

No he vuelto a pensar en ello hasta ahora y me ha provocado cierta gracia condescendiente. No me dí cuenta enconces de que aquella búsqueda era tan necesaria como inútil su conclusión porque, a efectos de nuestra vida aquí, poco importa si somos realmente libres o no. Lo que realmente importa es la sensación. Esa libertad pura en su mera expresión sería un poder similar al que concedemos a dios pero en nuestras propias manos. Jeje, imposible de inspirar ambición para quién ha comprendido el dilema pero un caramelo para muchos místicos babelianos.

Si se piensa que SI importa en la "otra vida"... ahí está el punto. Esta es la vida que vivimos, por definición, y dudo en extremo que en la otra estemos sometidos a las leyes de el este universo. Ah, las religiones. El budismo habla de aprendizaje en vidas mientras el catolicismo habla de juicio, es por ello que los últimos dependen tanto de la existencia del libre albedrío. ¿Qué sentido tendría entonces el hecho de existir aquí sin él?

No hay necesidad de intentar descubrirlo si ya tienes la respuesta que necesitas gracias a la propia fe. Sin él mi fe no tendría sentido luego debe ser real, diría un confirmado. Es posible que no exista y la fe lo asume por pura conveniencia, es una trampa que diría el "quitter".

Pero poco importa. Creo que lo importante de la cuestión es que tanto la fe religiosa como la científica prefieren creer a buscar, creerse sabios a creerse ignorantes. Puede sonar absurdo mencionar a los científicos aquí pero es gracioso ver como la mayoría de ellos son también incapaces de afrontar los axiomas innombrados y encarar sus pequeñas pero radicales notas de puro factor psicológico y emocional.

Me fascina el blog porque en alguna ocasión te he visto afirmar que quieres demostrar la compatibilidad entre creencia e inteligencia (espero que no se me malinterprete) y el caso es que la inteligencia siempre se ha definido desde posturas conservadoras. En otras palabras, la creencia define la inteligencia, al menos en el 99.9p de los casos humanos.

Esto te dará a ti y a cualquiera la razón en cada caso pertinente, con lo cual la discusión en sí carece de sentido.

Sí, decididamente creo que todos los puntos de este blog hasta el momento se reducen a esta raíz. Nadie será más inteligente que tú en tu inteligencia, y cuanto más fuerte sea la creencia más pruebas obtendrás de ello. Por tanto mi pregunta es: ¿estás dispuesto a tener una inteligencia más grande que tu creencia?

Calcula los riesgos y sé sincero contigo mismo ;) (lo que nos digas al resto de mortales o inmortales es irrelevante).

fins.


nota: hay cosas que sencillamente no puedo expresar, no sólo porque no se me entendería sino porque en algunos casos me es imposible hacerlo. Imposible. Debe ser que no tienen traslación en lenguaje conceptual. A que mola.

DD dijo...

¡Vaya! ¡En ningún caso esperaba una respuesta como esta! La capacidad de sorprenderse es tan sana... Gracias.

Tal vez la idea central que pretendía con la entrada quedó algo difusa entre tanta explicación. Tú dices que la clave está en la necesidad "si y sólo si" del libre albedrío para que la tautología de mi fe sea posible. Yo esperaba poner de manifiesto simplemente que el determinismo cientifista es necesariamente opuesto al cristianismo para poder tirar del hilo y hacer patentes las graves conscuencias que tanto te aterraron.

Y llegas tú y me sueltas que "has concebido un modelo teórico que concordando con la física evita el determinismo". ¿Cómo? ¿No ves que es eso precismante de lo que estoy hablando? Si fueras capaz de hacerme ver ese modelo toda mi argumentación cambiaría.

Por lo demás, me parece que valoras injustamente la sensación de libertad frente al problema que plantea su misma existencia, la intencionalidad de las creencias frente a su veracidad, las bondades de la ignorancia frente a la búsqueda de la definición de inteligencia.

A mí también me fascina compartir ideas, pero por motivos diferentes. Si existe de verdad una única realidad, el intercambio de nuestros puntos de vista es lo que nos puede aproximar a ella. Tal vez nunca lleguemos a ver el bosque, pero posicionando árboles podemos intentar hacer un mapa.

Anónimo dijo...

No estoy seguro de si debo continuar creando escenarios para presentar información o intentar aclarar algunas deficiencias en la comunicación que hemos tenido hasta ahora y quizás también en tiempos pasados.

En primer lugar coincido sobre lo que pretendías con el texto pero a menudo las expresiones incluyen factores más importantes que los que la voluntad del comunicador había planeado. Mi lectura no es necesariamente correcta o incorrecta sino que su virtud es que haya sido diferente a la tuya dándote la posibilidad de verte a ti mismo desde otro ángulo. Un ejemplo del valor de la diversidad.

Lo mismo puede aplicarse a mis valoraciones, que has percibido como injustas. Hasta el momento no se me había ocurrido buscar justicia en ellas así que supongo que pueden estar faltando al respeto. Pero esa misma falta de respeto parece estar también relacionada con los distintos puntos de vista y las incongruencias en el lenguaje conceptual cuando intentamos expresarlo con palabras.

Por ejemplo percibo que tienes la sensación de que considero la pasividad y la anulación como algo positivo por ésta y otras respuestas. Ser más natural, humilde e ignorante, en tu lectura del contexto, ha generado todo un hilo argumental involuntario. Grandioso realmente porque esas pequeñas semillas de caos nos devuelven información no esperada, a veces incluso fuera del rango de la pregunta inicial.

Cómo intentar aclararlo sin liar más el hilo, cómo saber siquiera si es posible. Quizás sea incluso poco beneficioso, quién sabe, pero ahí voy.

La ignorancia a la que me refiero tiene que ver más con renunciar a la creencia que con renunciar a la información en sí. No se trata por tanto de olvidar lo sabido, sino de incluir la duda en la creencia. Imagínate por ejemplo a un científico enamorado. Si fuera fiel a su creencia viviría en la amargura o la sumisión de "saber" que su amor es sólo un conjunto de factores muy lejos de los ideales románticos. Sin embargo no necesita renunciar a su amor para saberse ignorante pues la misma razón que le enfrenta a la aceptación o el rechazo desaparece gracias a la duda sincera. Podría así seguir amando sin necesidad de creer que es o amor romántico o reacción bioquímica, igual que respira y que piensa, y que escribe líneas en un blog.

O imagina también el conflicto del cristiano con respecto al libre albedrío.

La naturalidad sería entonces poder vivir, existir, sin la omnipresente necesidad de creer que se vive y existe, no por ello evitando la búsqueda si así se desea. Es compatible y mucho más sano.

La humildad proviene de entender que el hecho de que creer fervientemente en algo no puede hacerlo más real o irreal. Si lo hiciera, esa realidad creada dejaría de ser legítima y tarde o temprano acabaría con nosotros a menos que lográramos ser humildes.

Lo que intento decir es que el valor de la realidad consiste en estar ahí creamos o no en ella. En el momento en que la creencia se convierte en necesaria estamos aceptando no mirar, voluntariamente, a algo que creemos que no existe. ¿Puede ignorarse lo que no existe? ¿Tiene siquiera sentido hacerlo? He ahí una de las mayores incongruencias del ser humano, cuya propia creencia se traiciona a sí misma.

Cuando comulgas profundamente y sientes esa calidez, esa claridad, esa paz... Cuando, de pronto y sin entender por qué, miras a alguien que amas a los ojos y descubres que nunca antes habías visto realmente a esa persona y entonces comprendes que algo profundo te ha conectado con ella más allá de la lógica cotidiana... Cuando estás despierto y te despiertas y por un instante eres algo indefinible que no puede ser expresado con palabras... No, no son necesarias las creencias para vivir. Basta con estar vivo.

En aquellos entonces yo necesitaba encontrar algo mejor en lo que poder creer, pero finalmente decidí que bastaba con haberlo concebido.

¿Por qué volver a limitarme?

Desde entonces muchas de mis palabras son consideradas como aspirantes a la verdad y juzgadas por ello. Nada más lejos de mi intención :)

Ale, es suficiente por hoy. Te regalo una de mis frases efectistas para que tengas buen pie en el contraataque :p

¿Por qué creer en dios cuando puedes volar con él?

DD dijo...

Me encantan los efectos especiales.

Sin duda, anonimokko, has sido muy elocuente en este último comentario. Te felicito; y, lo que es más importante, ahora te entiendo.

Tal vez deberíamos ser buena gente y explicarle al locutorio mundial de qué trata la infología wysiwygsta, pero creo que bastará con considerar que, ciertamente, hay otra forma de tratar la búsqueda de la verdad o, lo que es lo mismo, conceptualizar el contacto con la realidad.

El ser humano es tan limitado. A veces también puede parecer que yo hablo del conocimiento supremo y de la Verdad como si fuera absoluta y obrara en mi poder. No.

(Ahora empieza el contraataque)

Pero lo que tú planteas no responde a la pregunta. De hecho, no responde a ninguna pregunta, sino que se centra en la aceptación de la pregunta en sí o, en todo caso, en la búsqueda de nuevas preguntas.

¿Podría ser la infología una opción fundamental?
Si la respuesta es que sí, el infólogo estaría muy próximo al agnóstico. La eterna duda.
Pero un mi humilde opinión, la respuesta más acertada es NO, ya que la perspectiva infológica es fundamentalmente una herramienta, paralela a las creencias.
Ciertamente, uno puede vivir aplicando las herramientas wysiwygstas dejando al margen la adopción de cualquier creencia (infólogo agnóstico) pero también puede construir su conocimiento asumiendo parte de la información como válida/verdadera aunque forme parte de un dogma (infólogo cristiano, p.e.).

Dicho de otro modo, en nuestra percepción de la realidad podemos admitir como verdaderas informaciones (conceptos, hechos, ideas morales, etc)que implican una determinada creencia y otra; de la construcción de sistemas de pensamiento diferentes son responsables planteamientos desde opciones fundamentales diferentes.

Si la realidad/verdad es un basto universo de informaciones que explorar nosotros no somos más que seres microscópicos que a fuerza de nadar en nuestro charco vamos tomando y asimilando aquellos memes que consideramos justificados en un determinado momento. Pero el tejido, el entramado de ideas, que conformamos -seamos conscientes o no- es muy diferente en función de lo que "decidimos" tomar como válido/verdadero.

¿Nos limitamos al asimilar una creencia? Pues sin duda limitamos una rama de nuestra exploración pero abrimos otra en la que profundizar de distinta manera.

¿No son necesarias las creencias? ¿Basta con estar vivo? ¡Lo dudo!
Lo que ocurre es que para creer no se necesita pensar o hacer un acto de fe o de voluntad, la creencia peor es la que está tan asumida que no parece creencia.

Un ejemplo sencillo y de actualidad:
¿Crees que es cierto que han encontrado la tumba de Jesús de Nazaret? Dicen que incluye un pack familiar.
La respuesta más popular supongo que es "No lo sé" / "No puedo saberlo" / "Me es indiferente".
Detrás de esa respuesta hay una creencia fuerte: no creo que la resurrección de Jesucristo sea un hecho relevante en mi vida.

¿Hay acaso algo que se escape del influjo de las creencias?
Ya sabemos que las motos no.


PD. El párrafo de "ignorar lo que no existe" no llego a verlo. Hoy ha sido un día muy largo. :(

Anónimo dijo...

La creencia provee al ser humano de la estable sensación de la realidad y, sin ella, la vida se transforma en un pantano lleno de arenas movedizas.

Dado nuestro nivel de consciencia, un estado de alerta=percepcion+cognicion+reacción que se diera de continuo podría generar estrés suficiente para acabar con nosotros. No directamente quizás, pero nuestro laberinto de conceptos y asunciones tendría que pagar la factura con una impresionante paranoia. Quién fuera pulga.

Quizás nuestra refinada capacidad para creer sea el parche que necesitamos. Demasiada información procesable xD, es como si para nosotros el mundo fuera mucho más complejo. Si no creo que la moto es una "moto" tendría que estar siempre analizando cada una de las impresiones que me confiere.

Pero tampoco podríamos haber llegado tan lejos si, en caso necesario, no hubiéramos podido quitar las etiquetas/creencias para asimilar todo su espectro de información. Ser selectivos en función de las circunstancias, supongo. Esto sólo puede hacerse si se asume que la creencia es un parche y no la realidad puesto que "la realidad" no es discutible ni superable.

Hace unos días vi morir a uno de mis perros. Hubo que sacrificarle. Recuerdo que mientras miraba cómo se le iba la vida, cómo su cuerpo se convertía en... me ahorraré el proceso. También me estaba observando a mí mismo mientras observaba. Me daba cuenta de que estaba bloqueando mucha información porque sabía que, de haber abierto toda mi capacidad empática, hubiera sufrido mucho más que él (yo no me hubiera podido "apagar"). En definitiva logré que no me afectara demasiado.

En contraposición, tiempo atrás, otro de mis perros había tenido gusanos barrenadores. Al contrario que los de otras moscas, estos gusanos comen carne viva creando distribuciones con forma de colmena que luego se ramifican en pasillos. Ya antes les tenía fobia y aparecían en mis pesadillas incluso sin saber que podían ser reales (películas). Conocerlos para extraerlos y salvarle la vida requería de toda mi capacidad empática pues mis conocimientos eran muy escasos. Ni siquiera sabía que eran gusanos hasta que me lo dijo la veterinaria pues solo se veía la colmena de sus traseros respirando en oleadas sincronizadas. No pude dormir durante dos días.

A veces ni siquiera hace falta algo muy concreto para que la empatía se dispare. De pronto ocurre y te sientes inmerso en un mundo diferente. Igual, pero diferente. Cada cosa en sí es otro universo, y sus relaciones, y tu percepción de todas ellas, y el recuerdo de tu percepción, y... Menos mal que se termina pasando. Es hermoso pero también terrorífico, ninguna identidad sería capaz de sobrevivir ahí.

Porque sí, la identidad es la más básica de las creencias. Si no creyeramos que somos quienes somos no podríamos "crecer", ni siquiera "vivir" como humanos. Pararse a juzgar cuestiones externas como la religión sería un deporte inútil para nosotros. ¿A quién entonces juzgaría dios ante las puertas del cielo? Cuando estaba viendo aquellos gusanos, yo también era gusano. Pero también era perro, y persona, y muchas cosas más que no recuerdo.

Estoy haciendo lo que bien has criticado antes, cuestionar la pregunta en vez de buscar las respuestas. Pero debes entender que lo que para ti y muchos otros es filosofía, para mí ha sido una realidad a la que he tenido que sobrevivir. Ninguna de las palabras que pueda dedicarte podrá jamás describir lo que he vivido fuera de los dominios de la "realidad" estandar.

Sin embargo sigo aquí.

Lo que quiera que vemos en el legado de Jesús, tan distorsionado ya de todas formas, debe quedar muy lejos de Jesús en sí, del Jesús que no podíamos ver. Dudo que si alguno fue él, como yo gusano, hubiera podido hacérselo entender a otros. Dios es poderoso, sí, y su inspiración divina, pero eso no nos hace menos limitados a los que pretendemos escuchar.

¿En qué crees realmente?

Si entiendes esto, entenderás también el resto de mis palabras. Como bien dices pueden considerarse dos razones para creer.

Anónimo dijo...

...la clave es entender que la pregunta es recursiva. La pregunta.

...piensa maquinista, piensa
aún a riesgo de tu vida
en este estúpido acertijo:
la respuesta es importante
la pregunta es lo vital.


-Okko Moonside

Anónimo dijo...

¿No nos vanagloriamos de ser los únicos en ser capaces de hacernos un determinado tipo de preguntas?
Estoy en práctica totalidad de acuerdo con tu argumentación, aunque quede tan lejos ya del problema del determinismo.
¿Elegir la pregunta adecuada significa obviar las preguntas comprometidas, o aquellas de las que positivamente carecemos de respuesta, o siquiera aquellas que conducen a la paradoja y/o la paranoia?

Sería absurdo considerar que podemos encontrar la respuesta a todas las preguntas. Seríamos seres absolutos, "dioses" omniscientes. De ahí el 'parche' que tú mencionas, de nuestra limitación. Pero precisamente, acabamos viviendo "como si" conociéramos las respuestas a las preguntas fundamentales de nuestra vida (quién soy, de dónde procedo, a dónde voy, cuál es el sentido de mi vida). Sin duda proyectamos una respuesta más o menos nítida a esas preguntas y creemos en ellas. ¿Se convierten así en reales? ¡Por supuesto que NO como tales!, pero pueden influir de manera determinante en el resto de nuestra visión de la realidad, en nuestros comportamientos, en nuestros sentimientos, en nuestra propia felicidad.

La cuestión de la identidad se integra perfectamente en este más de preguntas y creencias. Nos forjamos una identidad no sólo en base a nuestros recuerdos sino también a "nuestros" pensamientos, nuestra manera de ser...

No estoy descubriendo la pólvora, ¿verdad? :)

El caso es que, en mi modesta opinión, todas estas cuestiones no dejan de darme la razón; incluso corroboran mis planteamientos.
Vamos, que al final, sean preguntas o sean respuestas, nuestras opciones fundmentales de vida condicionan o determinan nuestros pensamientos y actos.

¿Que nunca sabremos si estarán determinados por las leyes físico-químicas? ¿Da igual por ser equivalente? ¿No podríamos afrontar las consecuencias del problema del determinismo y es mejor dudar de la pregunta?

Juzguen ustedes mismos.

Anónimo dijo...

Libertad

1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

[...usos específicos]


Determinismo

1. m. Teoría que supone que la evolución de los fenómenos naturales está completamente determinada por las condiciones iniciales.

2. m. Fil. Sistema filosófico que subordina las determinaciones de la voluntad humana a la voluntad divina.

3. m. Fil. Sistema que admite la influencia irresistible de los motivos.


O

[...]

1. conj. disyunt. Denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas, cosas o ideas.

[...]



Hola maquinista.

Anónimo dijo...

Es curioso. Yo sí me he enfrentado al problema del determinismo. Tú en cambio no. Preferiste creer que no existía.

Quizás mis palabras cobran ahora sentido cuando decía aquello de que nos esforzamos en luchar contra algo que creemos que no existe. Lucha es, en tu caso.

Abracé a ambos y besé a ambos, y a muchos otros. ¿Por qué no? Tengo amor para todos ellos. Al verte forzado a creer en uno para escapar del otro no sólo eliges abrazar a la creencia por encima de la esencia, además te condenas a ti mismo a luchar contra lo que crees vacío. Absorvido y sin alma, carente de comprensión.

Pero no sólo mis palabras son punzones. Cuando intentas explicar las virtudes de la creencia lo haces desde la propia creencia, de la misma forma que el alumno inexperto cuando al definir una palabra la incluye en la definición. Todo cuadra para el cuadro pues ese es el sentido del cuadro, existir. Nada más le importa.

Cuántos pecados juntos para un solo santo, y más que no son necesarios repetir. Pero no te equivoques, lo que me molesta no es que seas así. Es que hayas intentado utilizarme.

En fin, júzgate tú mismo. Esto sólo ha sido un regalo de sinceridad. Se lo debía a alguien que no eres tú y ya estoy cansado de fingir paciencia. Haz tu voluntad.

Anónimo dijo...

Enfrentarse al problema del determinismo no es fácil. Tiene uno que disponer de herramientas cognitivas que no están al alcance de la mayoría. Comprender el problema es lo que considero fundamental.
"Resolverlo" es imposible.
¿Afrontar la posibilidad del determinismo considerándolo un problema? No. Al final se convertiría en un silogismo absurdo.

De esta Semana Santa me quedo con la idea del "Misterio". Ser hombre y pretender negar aquello que desconocemos no es racional. Debemos asumir que existe el misterio. Pero, otra vez, la manera de afrontarlo depende de nuestra opción: NADIE PUEDE ESCAPAR A LA CREENCIA. Que escuche el mundo globalizado y me entienda: ¿alguien puede vivir sin optar en lo fundamental?

Si mi creencia es cuadrada y todo me cuadra yo no tengo culpa alguna. Al contrario, me da alas para pensar que estoy en lo cierto. Si una creencia hace aguas en contradicciones y encima pretende la cuadratura del círculo no puede menos que dejar de inspirarme confianza.
¿Orejeras? ¿Fundamentalismo?
QUE NO. Que el más tolerante y abierto de los seres humanos sigue tomando opciones personales de cualquier signo.

PD: No será el ateo el que me niegue el alma, ¿no? Vericuetos de la historia.
PDII: No es mi intención utilizarte (ni a tí ni a nadie). El valor supremo es el "ser" persona.
PDIII. Fingir paciencia no me extraña que canse. Por suerte, creo que nunca he tenido que hacerlo :D